21 de abril de 2025

El Papa Francisco descansa en la Paz del Padre. En 2013, cuando su destino parecía ser el retiro, la historia tenía otro camino para él: Asumir el liderazgo de la Iglesia en un momento en que era llamada a renovar su cercanía con los más necesitados y a fortalecer su papel como referencia moral en un mundo fragmentado y profundamente injusto.

Desde sus primeros días, impulsó una Iglesia humilde, inclusiva y comprometida con la paz, la justicia y la solidaridad. Con su voz firme y su testimonio de vida, hizo del papado un faro de esperanza, promoviendo la reconciliación y la dignidad de los más vulnerables. Su legado no es solo espiritual, sino también profundamente social y humano.

Su partida deja un vacío enorme que trasciende credos y fronteras. Millones de personas, creyentes o no, sienten la ausencia de su palabra clara y su acción decidida.

La YMCA expresa su respeto y gratitud hacia el Papa Francisco, quien a lo largo de su pontificado promovió con firmeza los valores que también guían nuestra misión: paz, justicia, amor y solidaridad. Su cercanía con nuestra organización, desde sus años como arzobispo de Buenos Aires, ha sido un testimonio de fraternidad y compromiso. Nos alentó permanentemente a seguir trabajando con y por los jóvenes, por la inclusión y por una sociedad más justa.

Francisco no solo habló de un mundo más humano, sino que luchó por construirlo. Defendió a los descartados, denunció la indiferencia global y nos recordó que la fe sin justicia es incompleta.

El mejor homenaje a su vida es sostener con firmeza la causa de la dignidad humana, construir comunidades abiertas y trabajar incansablemente por quienes más lo necesitan.

Gracias, Francisco. Rezamos por vos, intercedé por nosotros.