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COVID-19: Vacuna en la Argentina

Por Adriana Zilber

Han transcurrido ya 6 meses desde el inicio del contexto que atravesamos actualmente: millones de personas afectadas por la pandemia. Millones de personas esperando una respuesta farmacológica que dé fin a una situación que, en muchos casos, constituye la única solución que se avizora a mediano plazo.

A comienzos de año, cuando el brote era una sorpresa aún, y sólo 100 personas habían contraído la enfermedad fuera de China, se iniciaron los estudios y las investigaciones sobre el SARS-CoV-2 y la enfermedad que provoca, la COVID-19. Ciertamente en China, fue secuenciado el genoma completo SARS COV-2, permitiendo así arribar a diagnósticos más precisos, asistir a la vigilancia epidemiológica y sentar las bases necesarias para iniciar la fabricación de una vacuna contra el virus.

Siguiendo los relatos cronológicos de la OMS, en el mes de febrero, se realizó la primera reunión mundial de investigadores y científicos con el objeto de identificar, esencialmente, las prioridades de investigación. En esa reunión, además, se diagramó una hoja de ruta teniendo como eje no perder de vista, entre otras variables, garantizar una justa distribución de los diagnósticos, las terapias y las vacunas en todo el mundo.

De igual manera, durante los meses de febrero y marzo, países de todo el mundo adoptaron un accionar similar de conductas con un enfoque integrativo en relación a este virus. Así, se acordó en encontrar y aislar a personas contrayentes de la enfermedad, realizar un rastreo de contactos estrechos y garantizar que cumplan un período de aislamiento, efectuar los test correspondientes y brindar la atención clínica requerida.

Nuevos acuerdos entre líderes mundiales de estados miembros de la OMS se plasmaron en el mes de abril; en algunos casos, mediante convenios internacionales con el objetivo en común de dar comienzo a la fabricación de decenas de vacunas en diferentes países.

Sorpresivamente, Argentina anunció en este sentido que, en un acuerdo de partes con México, comenzará a fabricar una vacuna contra el coronavirus, en alianza con el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford. Así lo informaron los mandatarios de ambos países, al expresar que, si bien la vacuna aún se encuentra en fase de prueba, ya comienza a abrirse paso en América Latina.

Seguramente el lector recuerde, cuando la vacuna de Oxford fue noticia en julio pasado, al conocerse que había sido probada con éxito en más de mil personas voluntarias, mostrando que es segura y que tiene la capacidad de generar una respuesta positiva al sistema inmune. El especialista en salud pública y enfermedades infecciosas, Dr. Pedro Folegatti, quien es uno de los responsables en llevar a cabo este proyecto, explica que: …“comenzamos a trabajar en la vacuna desde el momento en que los científicos chinos publicaron la secuencia del genoma del coronavirus y los preparativos para los ensayos clínicos se llevan a cabo desde finales de febrero”.-

Asimismo, afirmó que: … “el proceso se ha acelerado de una manera muy sustancial, sí, pero sin comprometer elementos importantes con respecto a la seguridad de los voluntarios que participan en el estudio”.-

En relación a los controles en voluntarios, el investigador señala que “su función principal es garantizar el seguimiento desde el punto de vista de seguridad de los voluntarios”. El proceso de ensayo consistió en reclutar personas sanas las que se dividieron en dos grupos: uno de ellos recibe la aplicación de la vacuna que se quiere probar y el otro grupo, que se denomina de control, recibe otra vacuna. Durante un período de tiempo, que en este caso fue menos extenso que lo habitual, se observa todo tipo de reacciones adversas que se manifiesten como consecuencia del suministro de las vacunas.

Y también en el mes de julio, fueron publicados en la revista médica The Lancet las conclusiones que afirman que “El efecto de la vacuna es medido por un aumento de los anticuerpos y células T, generados en la sangre de los voluntarios que se prestaron al experimento. Se comprobó que las personas que recibieron la vacuna llegaron a generar tantos anticuerpos como genera una persona que enfermó y se curó de coronavirus”.

Aún restan cumplimentar ciertos pasos requeridos para dar por concluidos los ensayos de esta vacuna creada a partir de un virus que causa resfriado en chimpancés y que fuera modificado genéticamente, para no ocasionar infecciones en los humanos y para hacerlo más semejante al coronavirus. Se estima que estaría lista para ser aplicada en el país durante el primer trimestre del año próximo.

Es decir que, a pesar de los recientes avances científicos, la sociedad toda debe mantener en práctica las medidas de prevención vigentes hasta hoy. Así lo ratificó el Presidente de la Nación Alberto Fernández, aclarando que “Esto es un gran alivio para el futuro, no es una solución para el presente, en el presente seguimos teniendo los mismos problemas que estamos viendo y que lamentablemente lo que muestra es que el número de contagios crece y el número de fallecidos crece y que eso a estas alturas de los acontecimientos depende esencialmente de la conducta ciudadana social”.-

 

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