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Frases con historia

Por Luis Zamar

El “estar” viendo como pasamos el tiempo, parece ser moda en estos momentos. Por ello, nos animamos a continuar con más frases que comiencen de dicha manera.   

Estar en las diez de últimas

Como ocurre con otras locuciones de uso corriente, ésta se debe a los naipes. En algunos juegos, entre ellos el tute, el ganador que levanta la última baza (conjunto de naipes que un jugador recoge, cuando gano la jugada), se anota diez puntos adicionales. La frase “hacer las diez de últimas”, que en el juego supone una ventaja, fuera de él cambia de significado. En España –y así lo registra la Academia- equivale a quemar sin resultado, los últimos cartuchos. Al pasar a nuestro país, varió algo de forma y mucho de sentido. Decir de alguno que está en las diez de últimas es declararlo en estado de catástrofe. Félix Coluccio, en su Diccionario de voces y expresiones argentinas, la define como “estar al fin de algo, incluso de la vida”. Sin llegar a estos extremos, se suele aplicar a quien anda muy mal de dinero o de salud. Mancarse, estar contra las cuerdas (o en la lona), quedar sin aire, son buenas aproximaciones que da José Barcia en su libro El lunfardo en Buenos Aires, de editorial Paidós. “Estar en las diez de últimas”, constituye un pronóstico que nada tiene de reservado. Casi, casi, un responso. Una expresión sacada de la timba, con un ligero eco de tumba.

Estar en brazos de Morfeo

A la mitología griega debemos esta manera, hoy algo burlona, con que nos referimos al acto de dormir. Según ciertas teologías antiguas, Morfeo fue el principal de los Oniros (los mil hijos engendrados por Hipnos (el Sueño) y Nix (la Noche, su madre). Primitivamente se lo relacionó con el momento de abandonar la vigilia y con los primeros instantes del sueño. Era representado con alas que batía rápida y silenciosamente, permitiéndole ir a cualquier rincón de la Tierra. Morfeo se encargaba de inducir los sueños de quienes dormían y de adoptar una apariencia humana para aparecer en ellos, especialmente en forma de un ser querido, permitiendo a los mortales, huir por un momento de las maquinaciones de los dioses.

Fue castigado por Zeus, por haber revelado secretos a los mortales, a través de sus sueños. De su nombre procede la expresión “estar en los brazos de Morfeo”, que significa ‘soñar’ y por extensión ‘dormir’ o viceversa.

Debemos mencionar que también en muchas culturas, existen diferentes figuras que son similares a Morfeo. En ciertas ocasiones se considera como el mismo, a Hypnos y Morfeo. En la cultura anglosajona se tiene como figura representante del sueño, a Sandman​. En la mitología egipcia existía el dios Tot y el dios Tutu, que representaban los sueños. En la cultura japonesa existían unos seres llamados Baku, que se comían las pesadillas y los malos espíritus. En el hinduismo aparece el dios Vishru, quien entre otras cosas representa los sueños.

Estar OK

¿Podrían decirnos cuál es la palabra más utilizada en el mundo? Piensen en una que pueda decirse en cualquier parte del planeta, independientemente del idioma que se hable. Exacto. Han acertado, es OK. Se calcula que se usa una vez por segundo, y está presente en más de 600 lenguas y cantidad de dialectos.

Existen numerosas versiones acerca del origen de okay, o como también se escribe okey, y seguramente de acuerdo a la región geográfica de su uso, tendrá mayor o menor divulgación, una sobre las otras. De las teorías más conocidas, una dice que, durante la guerra civil en Estados Unidos, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, ponían en una gran pizarra '0 Killed' (cero muertos). De ahí proviene la expresión 'O.K.' para decir que todo está bien. Otra muy corriente (que recoge la Enciclopedia Británica) se atribuye a Martín van Buren, octavo presidente de los Estados Unidos (1783-1862), llamado “el Mago”, por su sorprendente manejo de la propaganda en las campañas políticas. La costumbre de aludir con frecuencia a su pueblo natal Kinderhook (estado de Nueva York) le valió el apodo de Old Kinderhook, que pronto sus partidarios resumieron como OK. Una sigla para expresar que, con él en la presidencia, todo tenía que andar muy bien. También se ha adjudicado el origen de OK, a una deformación del alemán alles korrect (todo en orden). Y algunos sostienen que se debe al poderoso jefe indio Keokuk (1788-1848), tan amistoso y confiable, que su apellido (pronunciado primero Okuk y después Okey), se convirtió en expresión de seguridad para los blancos. Las diversas suposiciones sobre el origen de OK no empañan su significado ni su difusión universal. Con una sonrisa y el pulgar en alto, ningún par de letras condensa tan bien, la idea de que las cosas marchan del mejor de los modos posibles.

Estar palmado

Frase de uso corriente en jergas y modismos (especialmente, lunfardo), de Argentina.

Coloquialmente la palma es para los argentinos una forma de cansancio. Una mezcla de agotamiento y desgano que a veces equivale a estar muy enfermo, y en casos extremos, convierte el verbo palmar en sinónimo de pagar con disgusto, o de morir (lunfardo: Juan, palmó).

Por analogía con la mano y sus dedos, se dio ese nombre a la palmera. Mejor no recordar que entre los viejos maestros, la palmeta o palmatoria era un elemento de castigo que se usaba para azotar al alumno, ya fuera con una rama corta de palmera o bien con la palma de la mano, de modo que la palma quedó siempre asociada a situaciones dolorosas. A todas estas connotaciones, se suma la costumbre de acompañar las coronas fúnebres con ramas de palmera. De allí el repertorio sigue creciendo, y surgen más expresiones haciendo juego con la frase que nos ocupa, como “estar en la palmera” (sin dinero), o vivir en la palmera (ajeno a todo).

Y todavía queda el humor gráfico, que ha hecho de la palma o palmera el símbolo de la isla desierta.

Como se ve, sobran razones para que estar palmado, reclame un fuerte estímulo, ya sea el palmoteo de los aplausos, una inyección de ánimo, o una fraternal palmada en la espalda.

¡Los esperamos en la próxima! Aún tenemos más.

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