La situación de aislamiento a que nos ha llevado la pandemia del COVID-19 muestra una vez más la relevancia...

...de alcanzar equidad en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación. Equidad que incluye, desde luego, contar con el hardware, el software, los conocimientos, las habilidades y los hábitos necesarios.

Las autoridades y docentes de los establecimientos educativos de la YMCA/Asociación Cristiana de Jóvenes vienen trabajando día tras día para vencer los obstáculos que provoca esa inequidad. Situación que afecta a toda la comunidad educativa sin distinguir entre alumnos, padres y docentes.

Entre el 2 y el 9 de marzo, cuando los niveles inicial, primario y secundario  comenzaron el ciclo lectivo 2020, era imposible imaginar que una semana después se suspendería la concurrencia a clases y prontamente se ordenaría el aislamiento social obligatorio. Ese hecho desencadenó la rápida reacción de los equipos docentes para lograr dar continuidad pedagógica de los alumnos para que no pierdan contenidos.

En esa instancia, alcanzar dicha continuidad pedagógica requería asegurar la generación de contenidos, su transmisión efectiva a los hogares y la aplicación en ellos por parte de los alumnos con el apoyo de las familias. Cuando más pequeños los niños y niñas, más tiempo familiar se requeriría.

En esa línea, los primeros esfuerzos se orientaron a generar y transmitir los contenidos. Pero la gran cantidad de materiales generados, su llegada a los hogares por gran diversidad de medios, con variados niveles de conectividad, de herramientas digitales (PCs, notebooks, tablets, celulares), con diferentes niveles de exigencia, requiriendo la intervención de los adultos de las familias, provocaron que muchas de ellas se sintieran muy angustiadas por no contar con los recursos necesarios para asistir a sus hijos. Angustias que trascienden las cuestiones relacionadas con los saberes previos de los adultos y sus herramientas digitales.  También hay que destacar las situaciones generadas por personas trabajando en sus casas, o con inestabilidad laboral, trabajos informales,  o que han perdido sus trabajos o que tienen que cumplir servicios fuera de sus casas. 

Esa realidad fue asumida por los docentes con responsabilidad y vocación, sosteniendo el objetivo de ofrecer continuidad pedagógica a sus alumnos. La tarea no fue sencilla. Primero se investigaron las posibilidades reales de cada familia en relación a las tecnologías informáticas y de comunicaciones (celular, computadora, conectividad en sus hogares, etc.). Luego se creó un sistema de madres referentes por curso que funcionan como nexos entre familias y docentes. Luego se logró una buena coordinación de los horarios de comunicación entre hogares y docentes. Y actualmente, se trabaja para dar clases en línea para cada grupo de alumnos facilitando así el intercambio entre docentes y alumnos y equilibrando el volumen de la tarea. Hacia allí vamos. Sin duda, #La YMCA se queda en casa, pero no se detiene.