Por Adriana Zilber
En los últimos días, comenzamos a recibir gran cantidad de información acerca de cómo enfrentarnos a un próximo desafío: la adaptación, quizás con miedo, incertidumbre o inseguridad, a una nueva situación que no podemos modificar. Sin duda, no será fácil y notaremos los cambios.
Los especialistas aconsejan que, en la medida de las posibilidades, la reinserción a “nuestra vida” sea paulatina y manteniendo algunas de las actividades que aprendimos o disfrutamos durante el confinamiento. En este sentido, también coinciden en sugerir:
- Intentar aceptar la realidad a la que nos enfrentamos, que quizás no es la que deseamos, pero no la podemos cambiar ni controlar;
- Llevar con nosotros todos los elementos que indica el protocolo de salud, nos dará una mayor seguridad de control de la situación (barbijos, alcohol en gel, etc.);
- Hablar de nuestros sentimientos con familiares y amigos, tanto para pedirles ayuda, como para ser compasivos atendiendo a sus temores y emociones;
- Limitar la información a la que nos exponemos y concentrarnos en nuestro día a día redundará en un beneficioso control de la ansiedad;
- Identificar y asumir la existencia de prácticas de riesgo, y no de lugares o personas de riesgo;
- Respetar el distanciamiento físico sin que eso implique un distanciamiento, también, en las relaciones sociales;
- Recordar que el período de cuarentena es realmente extenso, por lo tanto también lo será el plazo que necesitemos para volver a nuestras rutinas de modo integral.
Cada persona atraviesa esta circunstancia de una manera particular, encontrando día a día nuevas alternativas para lograrlo. Pero todos pasaremos por lo mismo, el mundo entero deberá enfrentar este inmenso desafío.