Por Viviana Romano
Desde la interrupción de clases en el mes de marzo, el trabajo de las instituciones educativas ha seguido desarrollándose dando prioridad a la vida y la salud de todos.
Como respuesta a la imposibilidad de estar en las aulas, las escuelas han trasladado su acción educativa a internet y a plataformas en línea.
Para asegurar el derecho a la Educación, actualizamos y activamos un Plan de Continuidad Pedagógica. Así abordamos la situación y tomamos las riendas de esta nueva modalidad no presencial en la que todos vamos aprendiendo.
La enseñanza depende ahora de la posibilidad y la frecuencia de un contacto a distancia y de tareas para el aprendizaje que se deben realizar en el hogar. Pasar de la lógica de la presencialidad, de los cuerpos en el aula, a otra distinta donde eso no sucederá por un tiempo más, significa crear un dispositivo novedoso, que nos desafía como docentes.
Conociendo las realidades de la comunidad con la cual y para la cual trabajamos, nos llevó a pensar y elaborar un plan que contemplara la diversidad y la desigualdad de los hogares, los recursos materiales y comodidades con que cuentan nuestras familias, el acceso a la tecnología, comunicación…
Por ello hemos abordado el tema, desde lo pedagógico, seleccionando contenidos significativos para el/la niño/niña, en este nuevo contexto, hemos trabajado en la articulación de esos contenidos, hemos pensando estrategias para que les lleguen de una manera atractiva, despertando el interés de los pequeños y así ir en busca de que el proceso de enseñanza-aprendizaje suceda de manera natural.
En lo técnico, realizando relevamientos en cuanto a las posibilidades tecnológicas reales de cada familia que compone nuestra Comunidad Educativa y así facilitar el contacto del/la niño/a con sus docentes y de la familia con la institución a través del uso de plataformas, mails, video llamadas para los que cuentan con conectividad o a través de llamadas telefónicas si es necesario. El vínculo se sostiene no solo por las posibilidades técnicas con las que cada uno cuenta sino por el compromiso de todos, escuela y familia.
Y desde el asesoramiento general, aquí hemos generado un espacio donde todo el equipo se reúne semanalmente de manera virtual, en el cual se comentan, comunican distintas situaciones vividas, experiencias rescatadas de participaciones en clases virtuales, de charlas telefónicas con las familias… Aquí se piensa, evalúa en equipo y se toman decisiones, las cuales apuntan siempre a contribuir positivamente al trabajo colaborativo que estamos llevando adelante.
De este trabajo en equipo surgieron documentos que han sido compartidos con las familias como:
-Sugerencias a los docentes para la preparación de las clases virtuales
Todo esto surge ante una situación inédita que nos exige nuevos modos de vincularnos, nuevas formas de llegar al otro y de sostener el diálogo.
¿Qué aprendimos y qué sucederá cuando todo pase y retomemos la tan añorada normalidad?
Creemos que las circunstancias actuales, a la vez que representan un desafío difícil, nos permitirán capitalizar experiencias valiosas y aprendizajes útiles para el día que volvamos a habitar y a compartir las aulas y los patios.