Por Nancy Di Perna
“Umami”
Los sabores de la comida son: dulce, ácido, salado, amargo y umami. Este último es el sabor que tiene menos prensa, sin embargo, es muy atractivo para nuestro paladar. La palabra Umami, proviene del idioma japonés y significa “sabor agradable, sabroso” y por tener esa característica fue seleccionado para darle nombre al artículo de esta semana. Considero que para fomentar hábitos saludables de alimentación debemos promover la apertura a nuevos sabores, tarea que es más sencilla cuando nos involucramos en el proceso de la preparación de la comida nos predisponemos a probar el resultado final de nuestra producción. En contrapartida, a veces nos negamos a probar, o incluso lo probamos con el veredicto anticipado de que no nos gusta por no saber cómo fue su elaboración.
En una encuesta realizada, una de las actividades para disfrutar del tiempo libre durante el aislamiento social preventivo y obligatorio es cocinar. Y si nos falta comprobar la información, basta tomar contacto con las redes sociales y encontramos posteos con recetas y fotos de las producciones gastronómicas a granel. Es que hay un componente cultural, que la comida es una de las formas de compartir. Este artículo, va a abordar la promoción de la actividad del arte culinario en familia, absteniéndose de recomendar alguna receta, vamos a brindar algunas orientaciones para organizar la experiencia y descubrir los beneficios de compartir esta tarea de forma conjunta.
Antes de empezar, quiero recordarles a los lectores habituales de esta columna, que al igual que las otras propuestas prácticas que hacemos cada semana, el principal objetivo es compartir actividades en familia para fortalecer la relación entre todos los que interactúan y desarrollar otras capacidades por medio de la experiencia. Se trata de trabajar en equipo para pasar el tiempo de confinamiento, tiempo que nos ha cambiado los ritmos de vida dándonos la oportunidad de crear nuevas rutinas y abrir puentes de comunicación.
Cocinar en familia, trae beneficios:
Cuando se participa en la elaboración de la comida se fomenta que los participantes se apropien del proceso. Además, se pueden adicionar otros beneficios teniendo en cuenta la edad, entre los cuales destacamos:
Paso a paso
La experiencia de cocinar debe repetirse para lograr evidenciar los resultados, pudiendo planificar una vez a la semana, y para ese momento comparto algunas recomendaciones:
Es un buen momento de aprender y enseñar las habilidades que serán útiles para el futuro de la vida autónoma de los miembros de la familia, como así transmitir las tradiciones familiares en una cultura que fomentamos las reuniones con ¡algo para picar!