Como actuar frente a las altas temperaturas El golpe de calor es un trastorno agudo. Es consecuencia de la exposición a temperaturas ambientales elevadas.

Se presenta cuando sube la temperatura central del cuerpo y los mecanismos de defensa resultan inadecuados para regularla. Requiere de especial atención durante la temporada estival.

Nadie está libre de sufrir problemas por el calor. Si la temperatura del cuerpo aumenta por encima de los 38°C, se alcanza la condición de hipertermia, que en su estado avanzado, es llamada golpe de calor. Es una condición aguda que tiene lugar cuando el cuerpo produce o absorbe más calor que el que puede eliminar, causada, en general, por la exposición prolongada a altas temperaturas.

Se debe tener especial cuidado con niños menores de cinco años y adultos mayores, porque tienen menor capacidad para regular la temperatura corporal, resultando ser la población más vulnerable.

Es importante saber que el golpe de calor debe ser tratado inmediatamente, porque puede provocar la muerte.

Cómo prevenirlo: Tome baños de agua fría. No espere a tener sed, tome más líquido de lo normal, especialmente agua natural. No tome bebidas alcohólicas, ni con cafeína o azúcar. Evite los líquidos muy fríos. Permanezca en lugares cubiertos. Si hace actividad física, tome agua antes, durante y después de la actividad. El agua es el componente más abundante del cuerpo humano siendo casi el 60% del peso de un adulto. Un cuerpo de 70 kg, contiene 42 litros. Durante el verano pierde más agua ya que no cuenta con medios específicos para almacenarla. El 40 % se pierde, entre otros factores, por la orina, piel y vías respiratorias.

Cómo reconocerlo: Transpiración copiosa, piel caliente, roja y seca, pulso acelerado, sed intensa con sensación de fatiga, dificultad para respirar, cara congestionada, dolor de cabeza, somnolencia, náuseas, calambres musculares, en algunos casos severos, convulsiones y hasta pérdida de conocimiento. Por lo general, el golpe de calor ocurre cuando la temperatura corporal rebasa los 40° centígrados y está acompañada de pulso fuerte y rápido, que pronto se torna débil, a la vez que disminuye la frecuencia respiratoria.

Cómo tratarlo: Si los síntomas son agudos o se trata de personas con enfermedades crónicas no transmisibles (por ejemplo lesiones cardíacas), se debe recurrir inmediatamente a una consulta médica.

Si los síntomas son leves, se recomienda:

-Acostar a la persona afectada en un lugar fresco.

-Colocar paños fríos o bolsas de hielo sobre la cabeza, de manera intermitente.

-Hidratar utilizando agua.

-Si la temperatura corporal del afectado aumenta rápidamente, se le debe quitar la ropa y aplicarle agua casi helada con una esponja o toalla mojada, incluyendo la cara. Luego, debe cubrírsele el cuerpo con una sábana mojada con agua fría. Mantener fresca y mojada a la persona hasta que su temperatura corporal regrese a la normalidad.